Después del comentario de Alberto he decidido investigar el mundo de las calaveras, aunque creo que ésta no se parece a la anterior que provocó el comentario. Bueno, estoy por el camino.
De cada vez me gustan más los dibujos que hice de niña. Éste mismo me acaba de llamar mucho la atención aunque hasta ahora no le había dado ninguna importancia.
Me parece tierno que como no se distingue que la niña sea la Alicia del cuento decidí escribirlo para dar pistas a los mayores sobre lo que se suponía que debían reconocer en el dibujo, que a veces no acertaban ni una.
Hoy me he tomado la libertad de hacer un mini homenaje a mis nuevos amigos blogueros, a los que se han molestado en comentarme los dibujos y que se han hecho amigos de este humilde blog. Me hace mucha ilusión compartir mis dibujos, cosa que hace unos meses me parecía inimaginable. Me moría de vergüenza de que los pudiera ver alguien. Ya sé que no tengo demasiada técnica o más bien ninguna, pero como comentó alguien les pongo corazón y son sinceros. A todos muchas gracias.
Una foto que he rescatado del verano pasado. Eran tres cuadritos pequeños puestos juntos, delante del gata globo. No los fotografié por separado, así que éste es un 3 en 1.
Éstas son otras nubes de tormenta pero que pinté con 6 ó 7 años. De pequeña, vamos.
Las publico detrás de las nubes de tormenta actuales porque soy la primera sorprendida en comprobar que efectivamente, aunque no lo parezca... hay una evolución.
Lo digo con el máximo respeto hacia mí que pensaba erróneamente que seguía pintando igual que entonces.
El cielo estaba precioso. Las nubes superpuestas, muchas y muy diferentes. Por un lado grises, casi negras, y al mismo tiempo un cielo azul despejado y soleado.
Así suele quedar mi paleta después de pintar. Debió de ser un dibujo con poca variedad de color porque normalmente termino con la paleta llena de colores y mezclas. Y suelo emplear dos porque no me cabe todo en una, muchas veces.
Qué diferencia. Ayer estrené nuevo papel, el mejor que he tenido hasta ahora, y vaya si se nota. Si tuviera pinceles buenos seguro que también se notaría.
Me gusta que comparando los dibujos que chutan hacia el mismo lado se distingan las mismas cosas. Siempre diferentes, pero las mismas.
Este dibujo lo pinté directamente para regalárselo a un amigo, que por cierto, me había animado mucho para que pintara. De hecho, es uno de los pocos cuadros que ya no tengo yo, una sensación extraña...
Os pido disculpas por haber tenido el blog aparentemente semiabandonado. Huelga decir que ha sido por motivos totalmente ajenos a mi voluntad.
Gracias por vuestra amabilísima paciencia.